martes, 8 de julio de 2014

Aguilas de la venganza

Imposible no publicar una entrada aunque sea corta sobre el partido de hoy. En mis escasos 29 años de vida debo decir que he visto muchas Alemanias en fútbol. La primera que recuerdo adecuadamente fue la de Jürgen Kilnsmann en 1994, al margen de lo que unos cuantos vistazos a Youtube y otros archivos históricos del fútbol era mayormente el recuerdo de la Alemania poderosa que había conquistado el campeonato del mundo en Italia, lo que quedó demostrado por Bulgaria en el partido de cuartos de final, donde Alemania sólo pudo marcar con un penal cobrado por Lothar Mathäus.

Sin embargo, contenía también la esencia fundamental del espíritu combativo y perseverante que, me dicen, ha marcado ese equipo y ese fútbol desde principios y mediados del siglo XX. En 1998 vino el primer encuentro psicológico y emocional contra los alemanes con el partido de octavos de final. Recuerdo haber estado en primer año de secundaria, en el gimnasio de la escuela vitoreando y sufriendo, como si de un mini estadio se tratara, observando como Die Mannschaft se levantaba de un 1-0 para acabar con los sueños de cuartos de los mexicanos.

Desde ahí, confieso que he sido un seguidor curioso del combinado teutón, no porque le hayan ganado a México, sino porque llamaba la atención la ya mencionada perseverancia. En 2002, la cosa se puso igual que hasta ahorita, Alemania llegó a la final con el mismo paso que ahora (sólo un empate en fase de grupos con Irlanda) Por lo que por segunda vez en 20 años han llegado a la final.

Otra cosa interesante de destacar es que en esta ocasión está cerrando su carrera un delantero que la comenzaba precisamente la última vez que Alemania pisó una final. En ese entonces Klose no pesó contra Brasil, hoy le hizo el gol que lo metió a los libros de historia del fútbol como el máximo anotador en copas del mundo. En las imágenes que quedan de ese 0-2 contra Brasil en 2002 destaca el rostro abatido de Oliver Kahn, el referente de Alemania en ese torneo con 3 goles permitidos en toda la competencia, hoy destacaron las lágrimas de Julio César tras los siete golpes de los alemanes.

Si Alemania gana el mundial, podremos indudablemente encontrar las claves del triunfo en los 20 años de mundiales que pasaron desde el último campeonato de Die Adler.

Ya podemos oficialmente catalogar este mundial como el de las venganzas históricas, la de Holanda contra España, la de Alemania contra Brasil, la de Argelia por la Verguenza de Guijón y la de varios equipos "chicos" que se batieron con valentía frente a los "grandes" inaugurando, espero, una nueva época en el fútbol internacional.

Mañana Holanda y Argentina tienen, cada una a su modo, una cita con la historia, otra vez...

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