viernes, 15 de agosto de 2014

TMTN y Guardianes de la Galaxia

Para ser breve, simple y directo, tuve una grata sorpresa con estas dos películas. Debo reconocer desconocimiento previo, honestamente no recuerdo nada de la historia original de las Tortugas Ninja y jamás he leído más de dos o tres cómics de Galaxy Guardians. Sin embargo, conozco en general el universo en que se desarrollan ambas series y con ello me permito criticar las películas de 2014.

TMNT es refrescante, agradable y divertida, desde luego no es una obra de arte del cine actual, pero honestamente ¿cuántos blockbusters lo son? Debo reconocer que me asustaba la expectativa de la producción y todos los rumores y vociferación en prensa cuando el trailer se hizo público. En principio no me agradó el aspecto de las tortugas, tampoco esperaba que la historia pudiera ser buena, pues el siglo XXI ha sido prueba fehaciente de que los remakes con tecnología de punta no son garantía de éxito. De hecho, recuerdo más fracasos que éxitos en esas fórmulas en los últimos años.

Esta versión sale a flote de esas cuestiones y además ofrece un buen ambiente de diversión, la acción no se encima ni se amontona, tampoco se siente lenta, por lo que es una buena combinación y hace sentir un buen rato. Cierto, pudo tener un guión más creativo, pues es definitivamente predecible, sin sorpresas. Pero cumple, a mi perspectiva, con los requisitos mínimos para pagar una entrada de cine y pasar un rato agradable. 7.5/10 para mi.

Guardianes de la Galaxia me sorprendió de principio a fin, el guión destaca por ser original, nunca se siente predecible en lo absoluto, incluso cuando hace uso de personajes que son conocidos en el universo del cómic. Los que han reseñado esta película y consideran que cumple poco, que apenas destaca y que no tiene una gran historia podrían tener razón. Pero me da la impresión de que no merece juzgarse de forma aislada. Tampoco es digno comparar Capitain America: The Winter Soldier, Thor: Dark World y Iron Man 3 con Guardians of the Galaxy, no les miento, de forma aislada gana la última y por mucho. Sin embargo, merecen ser analizadas en conjunto, después de  The Avengers  y con lo que ello representa, unas preparan el camino a Avengers 3 (aún sin título oficial) historia que versará sobre el guantelete infinito y las gemas, la pelea contra Thanos (una de las peores pesadillas del universo Marvel). Otras preparan el camino (¿distraen?) con miras a Avengers: Age of Ultrón en la que sabemos que se enfrentarán a la poderosa Inteligencia Artificial creada por el Dr. Henry Pym y en la que aparecerán también (se supone) Giant/Ant Man, Visión ("hijo" de Ultrón) y los únicos héroes que por razones de derechos pueden ser usados indistintamente por FOX y Marvel (Pietro y Wanda Maximoff) Quicksilver y la Bruja Escarlata.

Pero vuelvo a la Galaxia, cada personaje me agradó por diferentes razones, tienen cada uno un carisma y efectos únicos, aunque honestamente nunca le encontré del todo el chiste a Drax. Pero funciona y de maravilla. Las referencias a Thanos, a los Kree y los Xandarianos sin duda abren oportunidades interesantes para que Marvel Studios se ponga creativo y nos traiga más de esos universos (¿qué tal una película sobre la guerra Kree-Skrull con los Vengadores o los 4F?). Ya veremos. Por lo pronto, véanla, es muy recomendable 9/10.

P.S. ¡Quiero un Awesome Music Mix!

sábado, 12 de julio de 2014

Una nota muy corta sobre la final de mañana

Después de ver una y otra vez los vídeos de las últimas dos finales del mundial en las que se enfrentaron Argentina y Alemania, a saber 1986 y 1990, es evidente que hay una larga historia detrás de las camisetas que saltarán a la cancha en el Maracaná en unas horas. Tres campeonatos del mundo para Alemania y dos para Argentina. La última vez que se enfrentaron quedó permanentemente envuelta en la polémica, gracias a un limitado y pobre arbitraje de Edgardo Codesal, a quien evidentemente le quedó muy grande el partido que debió pitar.

Pero lo único predecible de la historia es que es impredecible y que no importa la historia, no importan Sepp Mayer, Beckenbauer, Gerd Müller, Klinsmann, Mathaeus, Vöeller, Maradona, Valdano, Kempes, Verón, Tevez, Riquelme; no importan el 74' ni el 78' ni el 86' ni el 90'; ni lo que ha pasado en este mismo mundial en los anteriores seis partidos de cada escuadra. Porque sin importar lo grande que haya sido Alemania contra Brasil, hoy tarde puede empequeñecerse hasta el nivel que mostró contra Ghana y Argelia. Porque no importan los "panzazos" de Argentina si sale con todos teniendo la cabeza en ganar la copa.

Pero esto no quiere decir que la historia no importe, en realidad, define y delimita muchas de las razones de por qué veremos a estos equipos mañana y no a otros. La historia y los mundiales ganados afectan sin duda lo que un país hace por su futbol. Alemania tiene un proceso estructurado y sólido, con la misma base y origen desde hace 13 años, y que ya probó que no es suficiente este proceso en un par de ocasiones. Argentina tiene el equipo que promedia más edad al comienzo de la copa del mundo, ciertamente esto quiere decir la mayoría de las veces más experiencia, pero en futbol generalmente se asocia con menor velocidad, resistencia y carácter explosivo.

Lo cierto es que más tarde veremos una final muy buena... o muy mala. Ambas cosas son posibles con el tipo de juego que tienen ambas selecciones. Lo dijo Maradona en De Zurda, será una batalla campal por el medio campo, la labor de los contenciones será crucial, porque ambos equipos tienen delanteras con una capacidad fenomenal para jugar a la espalda de los centrales, por lo que la labor de recuperación tendrá en sus manos limitar el juego a los creadores para complicar las llegadas. Les recomiendo conseguir buena botana, buenas bebidas y buena compañía, será un partido para platicar, placentero y agradable para quienes gustan del futbol inteligente, pero puede indigestarse a los amantes de la adrenalina y el juego norte-sur.

Hoy en la noche, una reflexión sobre la final...

martes, 8 de julio de 2014

Aguilas de la venganza

Imposible no publicar una entrada aunque sea corta sobre el partido de hoy. En mis escasos 29 años de vida debo decir que he visto muchas Alemanias en fútbol. La primera que recuerdo adecuadamente fue la de Jürgen Kilnsmann en 1994, al margen de lo que unos cuantos vistazos a Youtube y otros archivos históricos del fútbol era mayormente el recuerdo de la Alemania poderosa que había conquistado el campeonato del mundo en Italia, lo que quedó demostrado por Bulgaria en el partido de cuartos de final, donde Alemania sólo pudo marcar con un penal cobrado por Lothar Mathäus.

Sin embargo, contenía también la esencia fundamental del espíritu combativo y perseverante que, me dicen, ha marcado ese equipo y ese fútbol desde principios y mediados del siglo XX. En 1998 vino el primer encuentro psicológico y emocional contra los alemanes con el partido de octavos de final. Recuerdo haber estado en primer año de secundaria, en el gimnasio de la escuela vitoreando y sufriendo, como si de un mini estadio se tratara, observando como Die Mannschaft se levantaba de un 1-0 para acabar con los sueños de cuartos de los mexicanos.

Desde ahí, confieso que he sido un seguidor curioso del combinado teutón, no porque le hayan ganado a México, sino porque llamaba la atención la ya mencionada perseverancia. En 2002, la cosa se puso igual que hasta ahorita, Alemania llegó a la final con el mismo paso que ahora (sólo un empate en fase de grupos con Irlanda) Por lo que por segunda vez en 20 años han llegado a la final.

Otra cosa interesante de destacar es que en esta ocasión está cerrando su carrera un delantero que la comenzaba precisamente la última vez que Alemania pisó una final. En ese entonces Klose no pesó contra Brasil, hoy le hizo el gol que lo metió a los libros de historia del fútbol como el máximo anotador en copas del mundo. En las imágenes que quedan de ese 0-2 contra Brasil en 2002 destaca el rostro abatido de Oliver Kahn, el referente de Alemania en ese torneo con 3 goles permitidos en toda la competencia, hoy destacaron las lágrimas de Julio César tras los siete golpes de los alemanes.

Si Alemania gana el mundial, podremos indudablemente encontrar las claves del triunfo en los 20 años de mundiales que pasaron desde el último campeonato de Die Adler.

Ya podemos oficialmente catalogar este mundial como el de las venganzas históricas, la de Holanda contra España, la de Alemania contra Brasil, la de Argelia por la Verguenza de Guijón y la de varios equipos "chicos" que se batieron con valentía frente a los "grandes" inaugurando, espero, una nueva época en el fútbol internacional.

Mañana Holanda y Argentina tienen, cada una a su modo, una cita con la historia, otra vez...

domingo, 6 de julio de 2014

Juegos Indie, semi-Indie y similares, revolución y nostalgia para gamers inconformes

Antes que nada debo revelarme como Gamer inconforme perpetuo. Soy de los que año con año criticaban las fallas, aunque minúsculas de los FIFA y los PES hasta que se me acabaron las ganas de seguir las sagas. No por hueva, aunque influyó, sino por falta de oponentes "dignos", entiéndase dignos no como aquellos lo suficientemente buenos para pegarte bailes fenomenales, de esos hay muchos on-line, sino de un nivel adecuado para mantener la diversión y el interés en el juego.

Siempre he criticado los FPS por su fórmula repetitiva y falta de novedad. Pero admiro sin duda el crecimiento de Doom a Goldeneye 64, Perfect Dark y el fenomenal brinco de Call of Duty 4, Modern Warfare y los adláteres y símiles que de ahí se han venido construyendo. Pero igual que con los simuladores de fútbol, me da la impresión que se ha caído en el exceso de reciclaje de fórmulas, con excepciones interesantes (como Half-Life) y ejercicios híbridos de éxito dudoso (Bioshock). Al final, nos encontramos esperando Call of Duty 9, denominado ahora ambiciosamente "Advanced Warfare" y retocado con la participación de Kevin Spacey, quien desde la construcción de su personaje en House of Cards ha gozado de una fama especial como ícono de los antihéroes de las entretelas del poder. También se asoma Destiny, experimento de quienes (se dice) son las verdaderas mentes maestras detrás de Halo, fenómeno que, me parece, se cuece aparte de los FPS terrícolas por definición.

Pero en el aluvión de refritos y reediciones cada vez más predecibles lo difícil es encontrar juegos "buenos", léase buenos aquellos que, al menos, merecen la pena jugarlos y volverlos a jugar, que incitan al descubrimiento y la imaginación, que recogen trabajos artísticos importantes y dignos de admirarse y, ante todo, que ofrecen un reto equilibrado para completarlos, pero que generan una satisfacción equivalente tras lograrlo. Estos juegos son realmente difíciles de encontrar y aún más complejo es saber cuando se esta ante ellos por lo complejo que resulta entender las críticas y valoraciones de las actuales páginas y empresas dedicadas a evaluar juegos. Así, encontrar un juego que tiene 9.5 de 10 en IGN o hasta 10, pero que en Gameinformer tiene 80 y así sucesivamente complica aún más la ya de por si compleja tarea de gastar el poco dinero que se tiene destinado a juegos de forma adecuada.

En esa tesitura, los juegos indie y semi-indie, o sea, independientes completamente o de diseño independiente pero producidos por grandes compañías han tomado un vuelo novedoso. Se presentan como una perspectiva fresca y por lo mismo refrescante, Child of Light, Soldats Inconnus: Memoires de la Grande Guerre, Super Meat Boy, Fez, Braid, Terraria y una lista no muy larga. Ofrecen grandes y valiosos ratos para divertirse, si alguien se toma la molestia de leer este blog de ideas inconexas y absurdas que empieza, los recomiendo ampliamente.

La semana entrante RTS de ayer y hoy, lo más decente para jugar y unas cuantas palabras sobre el mundial.